El sistema inmune y la nutrición juega un papel muy importante en nuestro organismo, ya que nos protege de agentes externos como los virus. Por tanto, fortalecerlo ayudará a los más pequeños a prevenir enfermedades y estar más sanos.
Para que este funcione correctamente, es necesario mantener una nutrición adecuada desde la infancia. En este artículo te explicamos cómo funciona el sistema inmune y te damos las pautas para cuidar de él.
¿Cómo funciona el sistema inmune?
El sistema inmune protege al organismo contra infecciones y otros agentes externos a través de la utilización de distintas barreras:
- Las barreras físicas, como la piel o el revestimiento del tracto digestivo y los pulmones, son una primera defensa.
- Las bioquímicas, mediante secreciones como el moco o el ácido clorhídrico, eliminan o contienen el avance de los agentes infecciosos.
- Los anticuerpos y células con función inmunitaria atacan y tratan de destruir a los patógenos que logran superar las primeras líneas de defensa.
Cuando un bebé nace, su sistema inmunitario es todavía inmaduro, por lo que el pequeño está menos protegido frente a las enfermedades. A medida que crecemos, nuestras defensas se van fortaleciendo, y llegan a su punto óptimo durante la adolescencia o la primera juventud. Por tanto, durante las primeras etapas de la vida, una alimentación adecuada ayudará a que el sistema inmune se desarrolle correctamente.
A partir de la edad adulta, la función del sistema inmune va disminuyendo gradualmente, por eso las personas mayores son más susceptibles a las infecciones. Además de los procesos asociados al envejecimiento, aquí también influyen algunos elementos de estilo de vida, como la dieta, los factores ambientales y el estrés oxidativo.
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¿Hay alimentos que refuerzan el sistema inmune?
La nutrición y el sistema inmune están muy relacionados. De hecho, cuando la nutrición es deficiente, el sistema inmunitario no funciona tan bien, y cuando hay una infección, los estados nutricionales deficientes pueden empeorar.
Una alimentación equilibrada asegura un suministro adecuado de energía, así como de todos los macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) que son necesarios para el desarrollo, mantenimiento y expresión de nuestras defensas.
Debemos tener en cuenta que el sistema inmunitario está funcionando en todo momento, tanto a través de las primeras líneas de defensa (barreras físicas y bioquímicas) como manteniendo un cierto nivel de células defensivas. El mantenimiento de estos tejidos, mucosas, etc. demanda macro y micronutrientes que se deben obtener con una dieta variada y equilibrada.
Además de esta función de base, el sistema inmunitario activa sus anticuerpos y células de defensa cuando detecta agentes externos extraños o peligrosos, como los virus y bacterias. Durante estos periodos, las necesidades nutricionales pueden ser más altas.
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Para funcionar correctamente, las células del sistema inmunitario pueden utilizar glucosa (procedente de carbohidratos), aminoácidos (de las proteínas) y ácidos grasos (de las grasas) como combustibles, pero también necesitan otros nutrientes como vitaminas y minerales para poder llevar a cabo todas sus funciones. En concreto, los siguientes nutrientes son especialmente importantes para el sistema inmune:
- Minerales: cobre, folatos, hierro, selenio y zinc.
- Vitaminas: A, B6, B12, C y D.
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