Uno de los grandes problemas a la hora de alimentar a un bebé es toparnos con alguna alergia alimentaria a edades tan tempranas.
Las alergias se tratan de una reacción dañina producida por el sistema inmunológico del bebé, debido a que su cuerpo no tolera correctamente algún componente de cierto alimento.
«al menos un 20% de la población infantil presenta síntomas potencialmente relacionados con problemas alérgicos”.
¿Alergia o intolerancia?
El alimento que más alergia alimentaria en bebés presenta en su primer año, es la leche de vaca. Aunque es importante distinguir entre alergia a la proteína de la leche, que genera una reacción más agresiva y grave en el organismo del niño, y una intolerancia a la lactosa, que provoca un malestar general en el sistema digestivo del niño.
La clave para comprender la diferencia entre ambas, es que las alergias tienen un mecanismo de producción inmunológica (nuestro organismo produce anticuerpos inmunoglobulina E), mientras que las intolerancias tienen un mecanismo no inmunológico.
Alimentos y alergia
Entre el primer y el segundo año, le siguen las alergias al huevo, al pescado o las legumbres. Y algo más tarde, la alergia a las frutas y a otros alimentos, como los frutos secos y mariscos.
La buena noticia es que gracias a los avances de la Alergología Pediátrica, hoy en día, el diagnóstico es mucho más preciso. Antes se hablaba de alergia al melocotón, por ejemplo. Y ahora, podemos concretar a qué proteína exacta se debe. Así, el niño podrá comer otras frutas muy similares que carezcan de ella.
Ya que, la mayoría de los niños toleran uno o dos alimentos de la misma familia del que le produce la reacción alérgica.
Por otro lado, hay que señalar que la alergia alimentaria en la infancia es un fenómeno transitorio en la mayoría de ocasiones. Luego los niños pierden la sensibilidad a estos alimentos con mayor potencial alérgico.
Aunque nunca se debe generalizar, ya que cada organismo es un mundo diferente. Por ello, es clave controlar rigurosamente la alimentación de cada pequeño y captar los síntomas claves.
Estos son los síntomas más comunes que podrían revelar una posible alergia en tu pequeño
Para que puedas identificar cuanto antes una posible alergia, te resumimos los síntomas más comunes.
- Síntomas cutáneos:
Urticaria (ronchas) en zonas locales o de manera general, picor en la piel, en la boca o en la garganta, enrojecimientos, hinchazón de orejas, párpados y otras partes del cuerpo.
- Síntomas digestivos:
Dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea.
- Síntomas respiratorios:
La rinitis aguda (picor de nariz, estornudos, mocos, obstrucción nasal) acompañada de conjuntivitis (picor de ojos o lagrimeo) suele preceder problemas respiratorios más graves. Como dificultad respiratoria con sensación de garganta cerrada, voz ronca, tos con pitos en el pecho…. Por lo que requieren un tratamiento inmediato.
- Anafilaxia:
Es la reacción alérgica más grave. Afecta a varios órganos y puede poner en peligro la vida del niño. Se basa en síntomas como desvanecimiento, palidez, piel o labios azulados, agotamiento, hinchazón en la lengua o dificultad respiratoria grave.
Si identificas uno de estos síntomas de alergia en tu pequeño, recuerda, el primer paso, es excluir ese “alimento sospechoso” y otros alimentos de la misma familia, y por supuesto consultarlo con tu especialista.
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