Uno de los grandes problemas a la hora de alimentar a un bebés es toparnos con alguna alergia alimentaria a edades tan tempranas.
En su definición, la alergia se trata de una reacción dañina producida por el sistema inmunológico del bebé, debida a que su cuerpo no tolera correctamente algún componente de ese alimento.
«al menos un 20% de la población infantil presenta síntomas potencialmente relacionados con problemas alérgicos”.1
Doctor Antonio Nieto, pediatra y alergólogo
¿Alergia o intolerancia?
Atendiendo a su periodo de aparición, el alimento que más alergia alimentaria en bebés presenta, en su primer año, es la leche de vaca. Aunque es importante distinguir entre “alergia” a la proteína de la leche, que genera una reacción más agresiva y grave en el organismo del bebe, y una intolerancia a la lactosa, que provoca un malestar general en el sistema digestivo del niño.
La clave para comprender la diferencia entre ambas, según los especialista de Gastroenterología y Nutrición es que “en que las alergias tienen un mecanismo de producción inmunológica (nuestro organismo produce anticuerpos inmunoglobulina E [IgE]), mientras que las intolerancias tienen un mecanismo no inmunológico”.
Alimentos y alergia
Entre el primer y el segundo año, le siguen la alergia al huevo, al pescado o las legumbres. Y algo más tarde, la alergia a las frutas y a otros alimentos, como los frutos secos y mariscos.
La buena noticia es que gracias a los avances de la Alergología Pediátrica, hoy en día, el diagnóstico es mucho más preciso. Antes se hablaba de alergia al melocotón, por ejemplo. Y ahora, podemos concretar a qué proteína exacta se debe. Así, el niño podrá comer otras frutas muy similares que carezcan de ella.
Ya que, la mayoría de los niños toleran uno o dos alimentos de la misma familia del que le produce la reacción alérgica.
Por otro lado, hay que señalar que la alergia alimentaria en la infancia es un fenómeno transitorio en la mayoría de ocasiones. Luego los niños pierden la sensibilidad a estos alimentos con mayor potencial alérgico.
Aunque, por supuesto, nunca se debe generalizar, ya que cada organismo es un mundo. Por ello, es clave controlar rigurosamente la alimentación de cada pequeño y captar los síntomas claves.
Estos son los síntomas más comunes que podrían revelar una posible alergia en tu pequeño
Para que puedas identificar cuanto antes una posible alergia, te resumimos los síntomas más comunes2.
- Síntomas cutáneos:
Urticaria (ronchas o habones) en zonas locales o de manera general, picor en la piel, en la boca o en la garganta, enrojecimientos, hinchazón de orejas, párpados y otras partes del cuerpo.
- Síntomas digestivos:
Dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea.
- Síntomas respiratorios:
La rinitis aguda (picor de nariz, estornudos, mocos, obstrucción nasal…) acompañada de conjuntivitis (picor de ojos o lagrimeo) suele preceder problemas respiratorios más graves. Como dificultad respiratoria con sensación de garganta cerrada, voz ronca, tos con pitos en el pecho…. Por lo que requieren un tratamiento inmediato.
- Anafilaxia:
Es la reacción alérgica más grave. Afecta a varios órganos y puede poner en peligro la vida del niño. Se basa en síntomas como desvanecimiento, palidez, piel o labios azulados, agotamiento, hinchazón en la lengua o dificultad respiratoria grave. Estos síntomas requieren la inyección de adrenalina de forma inmediata.
Se demuestra que un 25% de los episodios de anafilaxia en los niños, ocurren por primera vez en la escuela.*3
Estudio de las Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica. Si identificas uno de estos síntomas de alergia en tu pequeño, recuerda, el primer paso, es excluir ese “alimento sospechoso” y otros alimentos de la misma familia, así como informarte de la actuación correcta en caso de una ingestión accidental. Además, si fuera necesario, ponerlo en manos de un especialista.
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